We’ve updated our Terms of Use to reflect our new entity name and address. You can review the changes here.
We’ve updated our Terms of Use. You can review the changes here.

LOS NOBLES SALVAJES

by COPPEL

/
  • Streaming + Download

    Includes unlimited streaming via the free Bandcamp app, plus high-quality download in MP3, FLAC and more.
    Purchasable with gift card

      $7 USD  or more

     

1.
14 DE ENERO (CAMINANDO COMO JAMES CAGNEY PERO DESNUDO) Debería haberme largado en una de esas frías madrugadas del pasado invierno... digamos, por ejemplo, el 14 de Enero, sí, ¿por qué no? El 14 de enero, ese era el día: cuando yo era alguien y tú aún me querías. Yo solía quedarme despierto viendo cómo la luna acariciaba tu cuerpo antes de que esta angustia me agarrara del cuello... ¿por qué no se va? ¿por qué no se va? Si el 14 de enero aún podía besarte, llenábamos juntos las paredes de sangre, y ahora toco estas heridas y siento que vuelvo a los días en que me arrancabas la piel... ¡Ahí estoy! De pie en tu habitación, atravieso las sombras y, en el silencio, vuelvo a escuchar las señales del viento el 14 de enero, el 14 de enero, el 14 de enero. Ahora mira cómo salto por tu ventana y siento el vértigo por última vez; entre la nieve, quemo mi ropa y bailo, ¿te acuerdas?, como tú, como el fuego y me voy, caminando como James Cagney pero desnudo, por las calles muertas de Lavapiés, y desde el Calvario llego a la Fe, entro aquí en la taberna y levanto mi copa... ¡Mirame! ¡Brindando por tu gran amor, por tu amor! Porque ahora tú me amarías y amarías mi libertad... ¡Por tu amor! Porque ahora tú me amarías como yo amo tu libertad. Y, ¿sabes qué? ¿sabes qué? El 14 de enero, el 14 de enero me fui, ¡claro que sí! Salté por tu ventana aquella madrugada y libre, como James Cagney, iba cantando: te quiero, te amo, te deseo... yo te quiero, te amo, te deseo... pero no, pero no, pero no, no te necesito.
2.
LA BALADA DE EDU EL RATA El bueno de Edu el Rata, con sus quince abriles, la guitarra al hombro y, lleno de ilusión, saltó de un tren, aterrizó en los Madriles, en esa antigua meca de la canción... Y qué fuerte latió su corazón de poeta cuando dijo: “¡Ahí voy!”, y empezó a caminar, fue saludando a todo el mundo y repartiendo maquetas, buscando algún sitio donde poder cantar. En todas partes se encontró con los sabios del arte, le hablaban de un problema fundamental: “Tu rollo, chaval, no va a ninguna parte pues tu poco definido estilo musical... ...es demasiado cantautor para ser rockero y demasiado rockero para ser cantautor, tus canciones son muy largas, no eres indie ni popero y llegas siete siglos tarde para ser trovador”. ¡Pobre Rata! Así que el bueno de Edu el Rata, con sus quince abriles, vendió su guitarra y, ¡qué desilusión!, saltó a un tren, abandonó los Madriles, “¡adiós, hermosa meca de la canción!” Y los Dioses, que observaban con gran disgusto, gritaron: “¡Muerte a toda esa maldita ciudad!” “¡Cuidao! -dijo Abraham- tal vez aún quede algún justo...” pero echaron otro vistazo y dijeron: “naaaaa”.
3.
¡ÉRAMOS TAN JÓVENES! Ella tenía 20 años, yo 37: no es extraño que acabáramos tan mal, es natural, ¡éramos tan jóvenes! Pero estalló el cielo de mayo y Raquel saltó sobre mí como un rayo, apartó la oscuridad que ocultaba mi edad y me besó sin piedad. Yo, que he sufrido hasta la locura con las supuestas mujeres maduras, cuando la conocí volví a sonreír, volví a ser casi guapo, volví a ser feliz. Me sentía un George Clooney esperando a mi amor en el bar de la uni, después, brindando por Madrid a la hora feliz, ¡éramos tan jóvenes! Os juro que había olvidado lo que era un polvo, un polvo enamorado, luego otro y otro más y otro más y otro más y, de repente, otros mil más. Y es que era buena y quiso darme la ternura que me negaban las duras tan maduras, con ella comprendí que aún podía reír, que aún podía quererme y volver a vivir. Pero una medianoche... murió el hechizo de este cuento y quedó hecho un carroza el pobre Ceniciento, desnudé mi corazón, y, con desolación, -¡éramos tan jóvenes!- vimos que apenas me latía por haber dado tanto a quien no lo merecía y Raquel... me abrazó y después nos partimos en dos, no dijimos ni adiós. Por eso ahora me entrego a la amargura de la soledad, mi eterna amante oscura, desde que la perdí, no sé cómo vivir, ¡he vuelto a ser un viejo, un borracho infeliz! Y es que tenía 20 años, yo 37: no es extraño que acabáramos tan mal, es natural, ¡éramos tan jóvenes! Pero, aunque aún sangro por la herida de saber que ella era el gran amor de mi vida, si me busca por aquí y os pregunta por mí, por Dios, ¡no le contéis que me habéis visto así!
4.
A MAYOR GLORIA DE NADIE Arrojados a un mundo de fieras salvajes, se escondieron en cuevas para sobrevivir y con puños de rabia, locura y coraje gritaron al cielo: “¿Hay alguien ahí? ¿A qué estás esperando? ¿Acaso estás ciego? ¡Tenemos miedo! ¡ayúdanos!” A pesar del silencio, descubrieron el fuego y, a mayor gloria de nadie, fueron su propio dios. Llenaron las noches con la luz de los días y cómo bailaron al sentir el calor... En sus rostros de angustia nació la alegría, las llamas crecieron y su resplandor fue atrayendo a las tribus de lugares lejanos y al juntarse les dio por reír; bajo estas mismas estrellas, los primeros hermanos, a mayor gloria de nadie, celebramos vivir.
5.
BALAL, ABDOLLAH Y MARYAM En el pueblo de Royan un hombre está llorando. En el pueblo de Royan un hombre está llorando. Le llevan a la horca, su hora ha llegado. Mató al joven Abdollah una noche de verano. Mató al joven Abdollah una noche de verano. Hundió un cuchillo en su garganta y lo va a pagar muy caro. Arde la soga en su cuello, todo el pueblo está mirando. Arde la soga en su cuello, su cuerpo está temblando. Balal suplica a los cielos; los cielos no están escuchando. La madre del chico muerto se acerca al condenado. La madre del chico muerto se acerca y grita al condenado: “Mi casa está vacía, ¿por qué tuviste que matarlo?” “Veo a mi hijo en cada sueño y casi puedo tocarlo. Veo a mi hijo en cada sueño y casi puedo tocarlo. Me despierto entre sollozos, me despierto con mi llanto”. Balal la mira y dice: “yo nunca quise matarlo”. Balal agacha la cabeza y llora desesperado: “vi el cuchillo en su garganta y me sentí como un extraño”. Ella golpea con fuerza la cara del condenado. Ella golpea con fuerza la cara del condenado. Le quita la soga del cuello, y grita: ¡perdonado! Tras un instante de silencio, se escuchan gritos y aplausos. Tras un instante de silencio, se escuchan gritos y aplausos, cuando Balal abre los ojos y cae arrodillado. El sol brilla con furia y el cielo está aullando. El sol brilla con furia y el cielo está aullando mientras Balal y la mujer lloran abrazados, mientras Balal y Maryam lloran abrazados.
6.
LUCES DE ATOCHA Empieza a oscurecer, será mejor quedarse esta noche en la estación, oculto bajo las luces de Atocha... la luna se desangra y puedo oír cómo enloquece la ciudad, no existe otro refugio en la tormenta. Empieza a oscurecer, y todas las mujeres quieren parecerse a ti, y hieren las miradas de los hombres, no sé lo que daría por dormir entre tus brazos y volar más alto que la vida, más alto que las tumbas y el dolor... y de pronto llega él, no habrá cumplido aún los veinte años y ahí va, entre los extraños, sonríe mientras le veo llegar hasta el primer vagón de nuestro viejo tren abandonado, ahora mira a los dos lados, de repente, abre una puerta y ya no está... Acuérdate, Raquel, cuando tú y yo tocábamos el cielo de Madrid, dijiste que el amor siempre es más fuerte, clavaste en mí tus ojos de corsaria justo antes de jurar que la envidia de esos miserables no nos iba a hacer caer... y de pronto llega ella, al pasar me deja unas monedas de las pocas que le quedan y sonríe mientras la veo llegar hasta el primer vagón de nuestro viejo tren abandonado y ahora mira a los dos lados, de repente abre una puerta y ya no está... Y yo sé adonde va y río bajo las luces de Atocha, me pregunto si estarás tan sola en esta vida como yo y pienso que quizá podría coger estas monedas y podría ir a llamarte, tal vez sigas viviendo aquí en Madrid.
7.
BLUES HABLADO SOBRE LA PROPUESTA DE LEY PARA SOLTAR LEONES PERSAS EN LAS CALLES DE MADRID ¡Corred! ¡Huid! ¡Hay leones en Madrid! Cuando el nuevo alcalde tomó posesión de su cargo y se asomó al balcón, sufrió un terrible desconsuelo: ¡míralos, parecen lelos! Van cabizbajos por toda la ciudad, hablando por whatsapp. Yo, que fui un gran militar, como voy a tolerar que mi pueblo se abandone: ¡No! ¡aquí hay que traer leones! Los soltaremos por las calles, así espabilarán. Y así fue, llegaron cientos de leones bien hambrientos, todo el mundo en la gran vía sonreía y aplaudía, les acariciaban, ¡se hacían selfies! Hasta que uno se zampó a Bob Esponja, a cuatro guiris y a una monja, huyeron todos despavoridos, guardias civiles incluidos y qué desastre cuando entraron en la Fnac... ¡era el día del cliente! ¡Corred! ¡Huid! ¡Hay leones en Madrid! ¿Qué pretende usted decir? Mire, vienen por ahí... ¡Huid! ¡Corred! ¡Habrase visto qué desfachatez! ¡Quien me iba a decir a mí! ¡Ver leones en Madrid! ¡Esto es un atropello, oiga! Y es que a ellos todo se la pela, arrasaron la zarzuela, después se dieron un buen ágape en un concierto de Skape, chiviropchivirop... aaarrrggghhh!!!!!!!!!!!!!! policía!!! ayúdenos!!!!!! Y España afronta dividida esta peculiar medida, y es que a unos les parece mal y otros hablan de éxito total, nuestro corresponsal Iñaki López está con uno de estos entusiastas de los leones... “En efecto, aquí estamos con un ciudadano de la comunidad de Madrid que está encantado con la iniciativa del Ayuntamiento, ¿no es así, caballero?” Oh, ¡por supuesto! Sí, sí, es verdad que ha habido bajas, mucha gente en las rebajas, pero antes nuestras vidas eran muy anodinas y ahora es toda una aventura llegar a la oficina; por cierto, Iñaki, no mire usted pero deberíamos irnos, por ahí se acercan unos cuantos... ¡relamiéndose! ¡Corred! ¡Huid! ¡Hay leones en Madrid! “La muerte pasa en ambulancias blancas...”
8.
MUJER DE PÈRE-LACHAISE Mujer de Père-Lachaise, la vida está ahí fuera, tú no deberías entrar aquí; ¿por qué siempre regresas? ¿por qué te arrodillas ante su tumba para dejar esa oscura flor con la que acaricias su nombre en la piedra? No es el viento, soy yo quien susurra en tu oído, solo un alma perdida que aúlla por ti, por tus labios de fuego y el calor de tu sangre, yo no sé que daría por arrancar tu corona de rosas y besar tu piel... Oh, si yo fuera un poeta, oh, si sintieras mi amor, oh, si pudiera abrazarte... pero mis manos atraviesan tu cuerpo y solo puedo escuchar, entre los latidos de tu corazón, como nace en tu boca una hermosa oración. Mujer de Père-Lachaise, ¿por qué no te vas? La vida está ahí fuera.
9.
IÑIGO COPPEL VIAJA AL SIGLO XVII Y SE UNE A LOS PIRATAS DE LIBERTALIA En la isla de Libertalia, donde rige la gran ley natural, donde todos los hombres somos libres, ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! Éramos ciento siete esclavos en aquel barco de canallas cuando entró por las bodegas una bala de cañón: nos atacaba un buque extraño y, tras una gran batalla, conocimos al capitán Misson; borracho y victorioso gritó, ya en nuestra cubierta: “¡Venid los que queráis la libertad!”, sus ojos eran fuego, sus promesas eran ciertas, zarpamos rumbo a Madagascar... a la isla de Libertalia, cantando ¡viva nuestro bravo capitán! Porque todos los hombres somos libres, ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! No mentían las leyendas que corrían por los puertos: cada hombre en Libertalia era tratado por igual, y así fuimos recibidos, con los brazos abiertos, por el fraile Caraccioli y los demás; “aquí no existe el dinero, -dijo el sabio libertino- todos compartimos tierra, pan y ron” así que alcemos nuestras copas y gritemos al destino: “¡Jamás tendremos amo ni señor!” ...en la isla de Libertalia, donde rige la gran ley natural, donde todos los hombres somos libres, ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! Fueron más de veinte años que volaron como un sueño, pero no fue una tribu ajena la que nos despertó, fueron hombres de los nuestros, esclavos del gran dueño, el fantasma de la codicia y la ambición. Caraccioli murió allí, fusilado a quemarropa; unos cuantos conseguimos huir, navegamos muchas leguas, con Misson, de vuelta a Europa y le pedí que me dejara aquí; le dije: “No más utopías, son demasiados hermosas para este mundo de sangre y de horror”; sonrió y me dijo: “Iñigo, yo solo sé una cosa: ¡la próxima vez saldrá mejor!” Y brindamos una vez más... por la isla de Libertalia, donde rige la gran ley natural, por la que todos los hombres somos libres así que amigos, brindemos por la isla de Libertalia, por Caraccioli y Misson, el capitán, porque todos los hombres somos libres ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Salud!
10.
HERMANA 02:40
HERMANA Hermana, yo sé que te acuerdas: las calles desiertas tras la inundación; bailabas conmigo y reías, apenas se oía ya la tormenta, me besabas cantando “Por una cabeza” abrazándome en la oscuridad... Algo en tus ojos me dice, mi amor, que empiezas a recordar. Dolía tanto quererte... me tuve que alejar de ti, esta es la herida que me dejó la promesa que hicimos con sangre: “en todas las vidas te encontraré, romperemos la maldición y esta será para siempre, mi amor, nuestra dulce y hermosa canción, y esta será para siempre, mi amor, nuestra dulce y hermosa canción, y esta será para siempre, mi amor, nuestra libre y hermosa canción”.

credits

released October 27, 2016

license

all rights reserved

tags

about

IÑIGO COPPEL Madrid, Spain

contact / help

Contact IÑIGO COPPEL

Streaming and
Download help

Report this album or account

If you like LOS NOBLES SALVAJES, you may also like: